La inclusión de la perspectiva de género en la movilidad y el transporte público: experiencias desde Oaxaca y la ciudad de León

Mariana Ceja, Claudina de Gyves y Cynthia Chávez* / abril 5, 2023

Por Mariana Ceja

Cuando se habla de transporte público es necesario partir de un hecho: la movilidad y la infraestructura de transporte no hacen distinciones de género, a pesar de que hay necesidades y condiciones diferenciadas. La falta de inclusión en los servicios de transporte público lo convierten en un medio de reproducción de las desigualdades que no sólo afecta en el acceso a oportunidades educativas y laborales, sino que tiene efectos negativos en la salud y la calidad de vida de las personas.

En ese contexto, las mujeres se enfrentan a retos adicionales, pues la falta de accesibilidad y de condiciones de seguridad las limitan a ejercer su derecho al libre movimiento. Para construir sistemas de transporte accesibles, seguros, eficientes y que verdaderamente conecten, es crucial tomar en cuenta a todas las personas usuarias, incluidas las mujeres.

Atender las necesidades de movilidad de las mujeres representaría satisfacer a cerca de la mitad de la población usuaria del transporte público en el mundo. Pese a esto, sus necesidades siguen sin estar reflejadas en la infraestructura y el diseño urbano [1].  Un ejemplo de ello está en la forma en la que nos movemos. Hay evidencia robusta de que las mujeres y los hombres nos movemos distinto: mientras que los hombres suelen desplazarse solos y de forma lineal, las mujeres realizan viajes más cortos —pero con varias paradas— y suelen viajar acompañadas de personas a su cuidado, como infantes o adultos mayores, o por sus parejas por razones de seguridad.

Se ha logrado conocer más sobre el comportamiento diferenciado de las personas usuarias gracias a la desagregación de datos por género, la cual es una variable aún más determinante que la edad o el ingreso para explicar las formas de movilidad, elecciones de vehículos o distancia recorrida. Sin embargo, a pesar de que se han hecho avances en la recolección y tratamiento de los datos, la evidencia no necesariamente se ha reflejado en mejoras en el transporte público. La infraestructura sigue estando diseñada para conectar los hogares a los lugares de trabajo y no ofrecen espacios para, por ejemplo, trasladar de forma segura a bebés y niños, transportar compras, o subir carriolas o sillas de ruedas [2].

Conocer más sobre el género y sus repercusiones en la movilidad debería ser un pilar importante para los y las tomadoras de decisión que quieran transformar el transporte público en uno más inclusivo, eficiente y seguro. Las actividades de hombres y mujeres están determinadas por el género y los roles sociales que se establecen a partir de éste. Y, por lo tanto, tiene efectos en su movilidad [3]. Para ejemplificar lo anterior, podemos retomar el tema de las formas diferenciadas de movimiento. Las mujeres, en su rol social de proveedoras de cuidados y principales trabajadoras en un hogar, realizan varios viajes cortos porque cumplen con múltiples propósitos en un mismo viaje. En una salida, una mujer puede llevar a sus hijos a la escuela, comprar una despensa y trasladarse hacia el hogar de un familiar que requiere cuidados (viaje de punto A, al B, al C). En contraste, el rol social del hombre como proveedor económico determina que su movimiento sea del punto A, el hogar, al punto B, el lugar de trabajo.

Además, el género está acompañado de otras variables, como la inseguridad y la violencia que viven las mujeres en el transporte y el espacio público, los cuales tienen un efecto en sus elecciones de movilidad. Por lo tanto, la seguridad es un componente que debe incluirse al desarrollar sistemas de transporte público inclusivos.

El espacio público y el transporte público son los principales lugares donde las mujeres son acosadas o violentadas sexualmente. Se han implementado medidas en algunos estados de México, como vagones y asientos exclusivos para mujeres, infantes, adultos mayores y personas discapacitadas.
El espacio público y el transporte público son los principales lugares donde las mujeres son acosadas o violentadas sexualmente. Se han implementado medidas en algunos estados de México, como vagones y asientos exclusivos para mujeres, infantes, adultos mayores y personas discapacitadas. Foto: © GIZ

En cuanto al mercado laboral, el sector de movilidad y transporte público continúa siendo un medio masculinizado con un bajo porcentaje de participación femenina en los puestos técnicos, operativos y de toma de decisión. Además, se requiere de la sensibilización del personal en perspectiva de género a todos los niveles. De esa forma, se pueden comenzar a construir condiciones y ambientes laborales seguros y dignos, ampliar los roles de las mujeres en la sociedad y desarrollar proyectos o políticas públicas que consideren la perspectiva de género como lo que es, un pilar para lograr el desarrollo sostenible.

Actualmente, la GIZ México trabaja en integrar la perspectiva de género de forma transversal en sus proyectos. Para atender las necesidades en el transporte público, el proyecto Transición hacia un Sistema Integrado e Inteligente de Transporte Público en México (TranSIT) tiene previsto implementar medidas a nivel nacional y estatal, particularmente en los estados de Oaxaca, Puebla y Yucatán, así como la ciudad de León, en Guanajuato.

Una de lo resultados esperados es una hoja de ruta donde se incluyan procesos para el fortalecimiento de capacidades del personal del sector de transporte público. Dentro de este marco de profesionalización, se promoverá un programa de mujeres conductoras, así como mecanismos de sensibilización en temas de género entre las y los empleados del sector. Finalmente, se buscará fortalecer las redes de mujeres que trabajan los temas de movilidad y transporte público en diferentes sectores.

La experiencia de Oaxaca

Por Claudina de Gyves

En Oaxaca, seis de cada diez mujeres perciben mayor inseguridad en la calle y siete de cada diez mujeres en el transporte público (ENVIPE, 2022); condición que, al combinarse con factores como la etnia, escolaridad, edad y violencia, profundizan la brecha de desigualdad existente desde hace décadas en la entidad. 

La transformación de Oaxaca no será real si no se logra la igualdad sustantiva que les permita a las mujeres tener autonomía, oportunidades y una vida libre de violencia. Por ello, como parte de las políticas para combatir la violencia que viven, el Gobierno del Estado de Oaxaca, a través de las Secretarías de Movilidad, de las Mujeres, y de Seguridad y Protección Ciudadana, en coordinación con la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, iniciaron la implementación de los Lineamientos para la Prevención y Atención del Acoso Sexual contra las Mujeres en el Transporte Público.

Para este fin, en la Zona Metropolitana de Oaxaca, se identificaron las zonas de mayor concentración de casos de violencia hacia las mujeres y se estableció un radio de 300 metros, seleccionando las rutas que dan servicio en estas zonas. En la primera etapa fueron seleccionadas la Ruta 24 (Vista Hermosa – Santa Cruz Amilpas) y la Ruta 43 (Panteón Jardín – Álamos Infonavit).

Como parte de la implementación, se seleccionaron y capacitaron a más de 50 operadores, fortaleciendo los protocolos de atención en caso de hostigamiento y acoso sexual en las unidades de transporte. Asimismo, se capacitaron a más de 30 personas funcionarias de diferentes dependencias (Secretarías de Movilidad, de las Mujeres, de Seguridad y Protección Ciudadana y Fiscalía) para la atención coordinada y el seguimiento a denuncias de acoso.

A la par, se realizó el levantamiento de 400 encuestas de percepción de inseguridad a mujeres en el transporte público en las rutas seleccionadas. Actualmente, la Secretaría de Movilidad realiza la aplicación de las encuestas finales para evaluar el impacto de la capacitación de las personas operadoras y funcionarias, así como la implementación de los Lineamientos.

Finalmente, como parte de las acciones se lanzó la campaña informativa “Rompamos el Silencio” mediante la difusión de materiales informativos para conocer los canales y mecanismos de denuncia (089 y 911). Esta campaña se realizó al interior y fuera de las unidades de transporte público, así como en los paraderos de autobuses.

Actualmente la Secretaría de Movilidad gestiona la implementación de los Lineamientos en otros municipios de la entidad con el fin de lograr una mayor cobertura territorial en el combate a la violencia que viven las mujeres en el transporte público. 

Ciclista en el centro histórico de la ciudad de Oaxaca de Juárez.
Ciclista en el centro histórico de la ciudad de Oaxaca de Juárez. Foto: © GIZ México

La experiencia de León, Guanajuato

Por Cynthia Chávez

Actualmente, la mayoría de la población mundial vive en ciudades, las cuales son espacios donde se producen desigualdades en diferentes niveles, siendo los roles de género uno de ellos. Para reducir las brechas entre hombres y mujeres, a nivel internacional se han establecido 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, donde una de las metas es eliminar las formas de violencia contra las mujeres y niñas en los ámbitos públicos y privados.

En el espacio público, las mujeres perciben un mayor riesgo ya que sus ocupaciones están asociadas tanto a actividades de trabajo remunerado como de no remunerado, éste último asociado a tareas del hogar. Es necesario destacar que 90% de las labores de cuidado de menores de 15 años recaen en las mujeres (Instituto Nacional de las Mujeres, 2013), quienes deben utilizar infraestructuras y servicios de transporte que no toman en cuenta sus necesidades para cumplir sus tareas laborales como domésticas.

La ciudad de León, mediante la Dirección General de Movilidad, constantemente busca generar proyectos que faciliten la vida de las mujeres en términos de movilidad cotidiana, movilidad del cuidado, autonomía y empoderamiento dentro de los espacios públicos. Como muestra de ello, uno de los proyectos actuales es la instrumentación del piloto “Lineamientos para la prevención y atención del acoso sexual contra las mujeres en el transporte Público”,el cual se trabajaen conjunto con la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) y el Instituto Municipal de las Mujeres.

El proyecto se ha implementado en la línea troncal 1 del Sistema Integrado de Transporte, una de las primeras tres rutas de transporte masivo BRT de la ciudad y que cuenta actualmente con 18 paraderos. Entre las principales acciones se destacan:

  • el levantamiento de datos por medio de encuestas a las mujeres usuarias,
  • la capacitación a operadores de las unidades y a funcionarios públicos del área operativa y
  • una campaña visual en estaciones, paraderos y unidades.   

Por otro lado, dentro del Programa de Gobierno 2021- 2024, en la bandera Movilidad Segura, se trabaja en la modernización de 21 paraderos. Ésta es una iniciativa para mejorar la seguridad de las personas, especialmente de las mujeres en el Sistema Integrado de Transporte (SIT), en donde han manifestado sentirse más vulnerables. El proyecto Paraderos Seguros cuenta con un botón de pánico, equipos de alarma visual y auditiva, cámaras de video vigilancia con analíticos específicos para la seguridad ciudadana y conectividad con C4. Actualmente, se cuenta con cuatro paraderos en operación y se estima que, hacia el final de la administración, se beneficiará a más de 14 mil personas diariamente.  Además, cabe destacar que se ha establecido como meta la integración de botones de pánico y cámaras de seguridad conectadas a C4 en todas las unidades del transporte público en un plazo no mayor a 6 meses.

En el caso de la movilidad activa, con el apoyo de la GIZ (Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable), se inició el proyecto Biciescuela con perspectiva de género, el cual ganó el segundo lugar de los premios CoRe 2022 y se llevó a cabo en conjunto con la asociación civil Ciencia Azul y el colectivo Mujeres en Bici León. Este proyecto se presentó como una propuesta educativa desde un enfoque de derechos humanos y surgió a partir de la necesidad de presentar a la bicicleta como una herramienta de autonomía para mujeres y niñas como personas que inciden en las actividades de la ciudad.

De esta forma, se logró visibilizar sus necesidades y experiencias en los contextos urbanos. La biciescuela cuenta con talleres de habilidades ciclistas que van desde el nivel básico (aprender a pedalear) hasta el nivel avanzado (cómo usar la bicicleta como transporte cotidiano), talleres sobre medio ambiente con enfoque en movilidad sostenible, así como talleres de mecánica básica y de movilidad y seguridad vial con perspectiva de género. Desde su inicio a la fecha se han llevado a cabo más de 60 talleres biciescuela, con una participación de más de 550 mujeres, niñas, niños y adolescentes.  

A través de estos proyectos se pretende coadyuvar en generar nuevas formas de vivir la ciudad, al generar cambios sociales positivos que visibilicen las necesidades y vulnerabilidades de las mujeres en un mundo cada vez más consiente, informado y sensible a la perspectiva de género.

La Biciescuela con perspectiva de género ha empoderado a las mujeres y niñas de León, Guanajuato al enseñarlas a desplazarse en bicicleta por su ciudad de una manera segura y sustentable.
La Biciescuela con perspectiva de género ha empoderado a las mujeres y niñas de León, Guanajuato al enseñarlas a desplazarse en bicicleta por su ciudad de una manera segura y sustentable. Foto: © Biciescuela con perspectiva de género

*Mariana Ceja es asesora técnica de la GIZ México; Claudina de Gyves es Secretaria de Movilidad del Estado de Oaxaca; Cynthia Chávez es Directora General de Movilidad del Ayuntamiento de León, Guanajuato.


Fuentes de información y notas

[1] Inter-American Development Bank, “The Relationship Between Gender and Transport”, 2016.

[2] Ibid., p. 12. En décadas anteriores se introdujo el concepto de “movilidad del cuidado”, en el cual se incluye el trabajo no remunerado asociado al cuidado de personas y el mantenimiento del hogar. Gracias a este concepto, se pueden identificar el número de viajes que hombres y mujeres realizan para atender tareas de cuidados y así, entender mejor los patrones de movimiento y adaptar la oferta de transporte público a las necesidades de género. Para más información, véase: Sánchez de Madariaga, I., & Zucchini, E. (2020). Movilidad del cuidado en Madrid: Nuevos criterios para las políticas de transporte. Ciudad y Territorio. Estudios Territoriales, LII (203), 89-102. https://doi.org/10.37230/CyTET.2020.203.08

[3] Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) & International Transport Forum (ITF) (2022). Gender Equality and the Role of Women in Decarbonising Transport. Recuperado el 2 de marzo de 2023, https://www.itf-oecd.org/sites/default/files/docs/gender-equality-women-decarbonising-transport.pdf

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