El rol del sector transporte en la acción climática de México

Andrés Rojo / febrero 24, 2023

De acuerdo con el Inventario Nacional de Emisiones de Gases y Compuestos de Efecto Invernadero (GyCEI) 1990-2019, el sector de transporte fue la categoría con mayor contribución de emisiones en ese periodo. En 2019, el sector transporte fue el segundo mayor emisor de GyCEI, con una contribución de 18.5 por ciento de las emisiones totales en México, de las cuales 92 por ciento corresponden al autotransporte.

Dichas emisiones se consideran directas, es decir, las emisiones causadas por la combustión interna de hidrocarburos en los motores o en la generación de la electricidad que requieren los motores eléctricos. Si a esto se añaden las emisiones indirectas, es decir, las emisiones asociadas a la fabricación y envío de los automóviles y las emisiones asociadas a la producción de cemento que fue requerido en la construcción de las calles y carreteras por las que circulan los vehículos, las emisiones totales asociadas al transporte de personas y mercancías que requieren los vehículos automotores es considerablemente más alto.

De manera adicional, el transporte es una de las principales fuentes de contaminación atmosférica de las ciudades que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), tuvo un costo de $693,760 millones en 2019.

Los habitantes de Ciudad de México y su área metropolitana conviven diariamente con altos niveles de concentración de ozono y partículas finas.
Los habitantes de Ciudad de México y su área metropolitana conviven diariamente con altos niveles de concentración de ozono y partículas finas. Foto: © GIZ México

Acciones climáticas en la movilidad

Si sabemos que reducir las emisiones del sector transporte es fundamental para mitigar los efectos del cambio climático y mejorar la calidad del aire en el país, la siguiente pregunta que debemos plantearnos es cómo lograrlo. La respuesta más simple, que no por ello sencilla, es hacer los viajes lo más eficiente posibles o, dicho de otra manera, mover a más personas y mercancías con la menor cantidad de viajes.

La mayor parte de los viajes de autotransporte (y las emisiones de GyCEI asociadas a estos) se hacen con automóviles privados, por lo que reducir estos es la medida con mayor impacto potencial en la reducción de emisiones.

Esto se puede impulsar de varias maneras, como las enlistadas a continuación:

  • Promover programas para compartir el auto (car-pooling): esto es cuando dos o más personas que normalmente se trasladan en sus autos privados en una ruta parecida lo hacen en un solo automóvil. Esta medida se puede promover dentro de las empresas para integrantes de la misma que tienen desplazamientos similares.
  • Impulsar medios de movilidad activa en viajes de corta distancia: reemplazar el uso de automóvil por viajes a pie, bicicleta u otros en distancias cortas. Lo anterior tiene el potencial de reducir emisiones y tener impactos positivos en la salud.
  • Mejorar y promover el uso del transporte público masivo: mientras que un auto compartido normalmente tiene la capacidad para trasladar a 4 personas (reducir hasta 3 viajes), el transporte público masivo tiene la capacidad de trasladar varias decenas de personas en un solo vehículo, potencializando la reducción de emisiones de esos viajes.  
Av. Héroes de Nocupétaro en la ciudad de Morelia, Michoacán. El trazado de la avenida comparte espacio con unidades de transporte público ciclistas y peatones, lo que promueve diversas formas de movilidad además del automóvil.
Av. Héroes de Nocupétaro en la ciudad de Morelia, Michoacán. El trazado de la avenida comparte espacio con unidades de transporte público ciclistas y peatones, lo que promueve diversas formas de movilidad además del automóvil. Foto: © GIZ México.

La disminución del número de automóviles en las calles representa una reducción de la congestión vial, lo que también impacta en el tiempo de traslado y productividad de las personas y ciudades, y aumenta su tiempo libre para actividades personales y familiares.

Si el transporte público es la medida con mayor potencial para reducir emisiones, la siguiente pregunta es cómo se puede hacer este más conveniente, eficiente, cómodo y seguro para reemplazar viajes individuales.

En tema de costos, elegir el transporte público en vez del automóvil no parecería ser tan difícil. El costo de los automóviles representa un gasto considerable para quien tiene la oportunidad de elegir este medio de transporte, no sólo por el costo de adquirir el vehículo, sino por los gastos adicionales como gasolina, seguro, mantenimiento, emplacamiento, entre otros. Sin embargo, la compra y uso del auto privado en México sigue en aumento ya que se percibe como un medio más seguro, cómodo y práctico que el transporte público.

Adicionalmente, la pandemia de COVID-19 provocó una reducción en el número de personas usuarias de transporte público, ya que se le consideró como un espacio potencial de contagio.

Para frenar, o idealmente revertir el número de viajes individuales en automóvil privado, el transporte público no sólo debe ser una opción más económica que el transporte privado, sino que se deben cuidar varios elementos adicionales:

  1. Tiempos de traslado: uno de los principales factores que restan popularidad al transporte público es el tiempo de viaje; si la unidad tiene una velocidad muy baja, una ruta poco directa, o paradas excesivas, esto resulta en un viaje más largo. Para ello es importante hacer un estudio de movimientos en la cuidad, y, con base en ello, optimizar las rutas, lo cual incluye identificar potenciales carriles exclusivos para el transporte público.
  2. Frecuencia del servicio: el número de corridas que tiene una ruta determina el posible tiempo de espera de las personas usuarias para tomar la unidad, algo que también tiene efectos en la duración total del viaje y el tiempo de espera en la parada o calle.
  3. Cobertura: una opción de transporte público cercana a la vivienda de una persona usuaria, y por lo tanto el tiempo y esfuerzo requerido para acceder al mismo, también es un factor determinante para priorizar ese medio de transporte.
  4. Seguridad: la percepción de seguridad es fundamental para seleccionar la opción de transporte. Si una persona no se siente segura dentro del transporte público o en el camino a tomarlo, ya sea por posible acoso, robo o delitos similares, hará lo posible por evitar viajar en ese medio.  
  5. Calidad y comodidad: la calidad y comodidad son factores importantes en la selección del transporte público, desde el trato de las personas operadoras, facilidad de pago y acceso, hasta los espacios en la unidad a lo largo del trayecto.

Para que los servicios de transporte público sea rentables, estos puntos se deben conciliar con la intención de aumentar el número de pasajeros para reducir las emisiones por traslado de personas. Para ello, es importante optimizar los sistemas de transporte público: tratar de empatar la demanda de traslado de la población con la oferta del servicio; en horarios de mayor demanda disponer un mayor número de unidades con una alta ocupación, pero no sobrepasadas; y tratar de reducir viajes con pocas personas usuarias, lo que además hace más eficiente y rentable el servicio y permite mejoras adicionales del mismo.

Personas ingresan al autobús de la Central de Transferencia San Juan Bosco en la ciudad de León, Guanajuato. La ruta ofrece plataformas en desniveles; las rutas y la frecuencia de las corridas se optimizan mediante contadores, cámaras dentro de las unidades y sistemas de rastreo GPS. Foto: © GIZ México.

Apoyo para la transición hacia sistemas integrados de transporte público en México

El proyecto “Transición hacia un Sistema Integrado e Inteligente de Transporte Público en México” (TranSIT), implementado por la Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable (GIZ) en México por encargo del Ministerio Federal alemán de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ, por sus siglas en alemán), tiene el objetivo de apoyar a estados y ciudades de México a mejorar la calidad y eficiencia de sus sistemas de transporte público, así como reducir emisiones de GyCEI en el proceso. A nivel federal, el proyecto trabaja en coordinación con la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU).

Además de apoyar proyectos demostrativos en reducción de emisiones por persona pasajera, el proyecto trabaja en los siguientes puntos:

  • Analizar los sistemas actuales de transporte público y proponer estrategias para su optimización.
  • Impulsar un enfoque inclusivo de grupos vulnerables para facilitar su acceso y uso del transporte público, como unidades con rampas, elementos podotáctiles, entre otros.
  • Promover la digitalización de los sistemas para facilitar la información hacia las personas usuarias, como el uso de aplicaciones que informen sobre paradas, horarios o incluso la ubicación en tiempo de llegada de las unidades, o incluso compartan información sobre el conductor, al considerarse la seguridad de las usuarias.
  • Transitar hacia la electrificación de los sistemas de transporte público a largo plazo.
  • Desarrollar las capacidades técnicas y de toma de decisión de los trabajadores del sector de transporte público para analizar la información generada e identificar mejoras en el servicio.

Actualmente, el proyecto TranSIT trabaja con los estados de Puebla, Oaxaca y Yucatán y la ciudad de León, en Guanajuato, con la visión de impulsar los sistemas en estos lugares y de manera posterior promover la diseminación de buenas prácticas a más sistemas de transporte público en el país.  

Mejorar la movilidad no sólo es fundamental para enfrentar problemáticas ambientales y de salud en México, sino para el desarrollo económico y en la accesibilidad, equidad y derecho a la ciudad de sus ciudadanas.

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