En el mundo, se producen alrededor de 270 millones de toneladas de residuos plásticos al año. Se estima que el 3 por ciento de estos se depositan en el mar, pero solamente vemos 1 de cada 100 plásticos que están en él. Los científicos incluso han llamado este fenómeno “el problema del plástico perdido”. Esto se debe, entre otras razones, a que los residuos plásticos visibles son los más ligeros y flotan, mientras que los plásticos más densos y pesados se depositan en el fondo marino [1].
En 2017, México fue el mayor consumidor de botellas de plástico, particularmente de bebidas. Se consumieron 90 millones de botellas, cuyos residuos fueron mal gestionados [2]. Alrededor de 40 por ciento del plástico que se produce son embalajes, empaques o envases de un solo uso [3] y, a pesar de que estos son reciclables, la tasa de reciclaje es menor al 10 por ciento, el resto encuentra su destino en vertederos con poco o ningún manejo. La creciente urbanización de la costa se refleja también en mayor volumen de residuos sólidos. Por ejemplo, en el municipio de Mexicali (Baja California), la generación de residuos sólidos urbanos se triplicó entre 1994 y 2012 [4]. A pesar de que se han implementado medidas a escala nacional para mejorarla, la gestión de residuos sólidos urbanos está rebasada por la creciente generación de estos.
Se estima que al año se vierten unas 100 mil toneladas de plástico al mar en las costas mexicanas, que representan entre el 60 y 80 por ciento de los residuos plásticos que se generan, por encima del promedio mundial de 3 por ciento. Por vientos y lluvias, uno de los principales medios de entrada de residuos plásticos al mar son los ríos, que acarrean residuos de muchas localidades. Otra forma de contaminación plástica al mar es por las actividades de pesca o por las descargas de los cruceros. Además, este problema es mucho más grave en las zonas de alta incidencia de tormentas y huracanes, debido a que un evento meteorológico de esa naturaleza puede arrasar con cualquier vertedero al aire libre, legal o ilegal*.
Pero ¿cuáles son los problemas que causa la entrada de los plásticos al mar? La contaminación por plásticos es el mayor cambio de composición de los mares. Al llegar al mar, los plásticos se descomponen en micro, meso y macroplásticos. Los primeros son las partículas que miden menos de 5 mm, que la fauna confunde con alimento. Los meso y macroplásticos también representan un riesgo para la ingesta, pero el principal riesgo es que la fauna puede verse atrapada y sufrir heridas, que incluso pueden ser fatales**.
De hecho, en el Pacífico Mexicano se ha encontrado que seis especies de peces tenían una cantidad preocupante de micropartículas de plástico en el organismo [5]. Incluso en aves, tortugas marinas, crustáceos e invertebrados se ha encontrado una alta mortandad por la ingesta de plásticos [6], mientras que en corales hay una estrecha relación entre el riesgo de enfermedad y la contaminación plástica porque los residuos pueden acumular patógenos, como bacterias [7].
La necesidad de reducir drásticamente la producción de residuos plásticos y su ingreso al mar es imperante desde cualquier perspectiva. Estos ecosistemas son el medio de vida y la base de la economía de las comunidades costeras, sin mencionar los efectos que tienen los residuos plásticos al introducirse a los alimentos que vienen del mar. Los plásticos desprenden sustancias químicas que interfieren con el sistema endócrino de los organismos, incluso el humano, con muchas consecuencias nocivas para la salud humana y ambiental.
Como ya vimos, los residuos plásticos están causando grandes problemas en México y el mundo, pero también han traído muchos beneficios a la sociedad. En algunos sectores han servido como un material que facilita procesos y mejora productos, por ejemplo, en el sector salud. Es por ello que para evitar la entrada de plásticos al mar se debe empezar por analizar en qué casos se puede eliminar su uso, sustituir por otros materiales, reducir su consumo o aumentar su reciclaje. Por ejemplo, el plástico se puede sustituir por fibras naturales o biomateriales, que son de origen vegetal e idealmente compostables. También se pueden cambiar prácticas en la prestación de servicios, como el turismo, para evitar plásticos de uno solo uso.
En este sentido, en 2019 el estado de Oaxaca reformó la Ley de Residuos para prohibir botellas desechables y envases de unicel [8], algunos municipios han incluido estas directivas en sus reglamentos, pero no se implementan en la realidad. Ciudad de México y Baja California presentaron iniciativas similares, pero algunas organizaciones piden una reforma más profunda en la Ley General para la Prevención y Gestión de Residuos Sólidos [9].
En la Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable (GIZ) México impulsamos acciones que minimicen la generación de residuos plásticos, mejoren su adecuada gestión y fomenten la innovación. Esto ha incluido la sustitución de materiales, la implementación de medidas gubernamentales de reducción de plástico y la participación del sector turístico, especialmente los hoteles y restaurantes. Además, se ha hecho énfasis en el buen manejo de los residuos inevitables y en explotar los residuos que se pueden transformar para la innovación de productos o servicios.
Para continuar con estas acciones, en noviembre de 2021 arrancó oficialmente el proyecto “Protección de las regiones costeras mexicanas y sus ecosistemas mediante la reducción de residuos plásticos (PROCEP)”, por encargo del Ministerio Federal de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza, Seguridad Nuclear y Protección al Consumidor (BMUV) de Alemania e implementado por GIZ México. El proyecto se lleva a cabo en coordinación con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), los gobiernos locales de la región costera de Oaxaca, Fundación Avina y la Fundación Comunitaria de Oaxaca.
El programa busca reducir el ingreso de residuos plásticos a la zona marina del estado de Oaxaca y de otras regiones costeras del pacífico mexicano. No sólo se pretende mejorar la gestión local de residuos, sino también disminuir el consumo de plástico de un solo uso en el sitio. Además, se difundirán las buenas prácticas y las lecciones aprendidas para mejorar las estrategias y programas nacionales de prevención de basura marina. Atender este problema es urgente porque se ha demostrado que es más eficaz, y por lo tanto más asequible, retener o disminuir el plástico en el punto de su producción, normalmente en tierra, que en el mar. La población en la costa conoce el valor que tiene una costa limpia, por lo que su compromiso apoyará en que las medidas sean duraderas. Este eje de trabajo es la intersección entre la planeación urbana integral y la conservación de la biodiversidad y los recursos naturales.
Notas
* Un sitio de disposición final funcional debe cumplir con la NOM-83-SEMARNAT-2003 y tener las membranas para evitar la infiltración de los lixiviados al subsuelo, tener cobertura, compactación, entre otras. Pero antes de depositar allí los residuos sólidos estos deberían ser separados, revalorados, reutilizados y reciclados.
** Hay un grupo de especialistas que se dedica al rescate de gigantes del océano. Para más información, visite su sitio en este enlace.
Referencias
[1] Our World in Data (2019). Where does our plastic accumulate in the ocean and what does that mean for the future? https://ourworldindata.org/where-does-plastic-accumulate
[2] Cámara de Diputados (13-04-2017). En México, 90 millones de botellas de plásticos de refresco y agua son lanzados a la vía pública, ríos y mares. Boletín No. 3469. Disponible en: http://www5.diputados.gob.mx/index.php/esl/Comunicacion/Boletines/2017/Abril/13/3469-En-Mexico-90-millones-de-botellas-de-plastico-de-refrescos-y-agua-son-lanzados-a-la-via-publica-rios-y-mares
[3] Oceana México. No eres tú, es el plástico – Oceana México, https://mx.oceana.org/nuestras-campanas/plastica/
[4] Calva-Alejo, Crescencio L, & Rojas-Caldelas, Rosa I. (2014). Assessment of Municipal solid waste Management in the Municipality of Mexicali, Mexico: Challenges for Achieving Sustainable Planning. Información tecnológica, 25(3), 59-72. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-07642014000300009
[5] Jonathan, M. P., Sujitha, S. B., Rodriguez-Gonzalez, F., Villegas, L. E. C., Hernández-Camacho, C. J., & Sarkar, S. K. (2021). Evidences of microplastics in diverse fish species off the Western Coast of Pacific Ocean, Mexico. Ocean & Coastal Management, 204, 105544.
[6] Gall, S. C., & Thompson, R. C. (2015). The impact of debris on marine life. Marine pollution bulletin, 92(1-2), 170-179.
[7] Lamb, J. B., Willis, B. L., Fiorenza, E. A., Couch, C. S., Howard, R., Rader, D. N., … & Harvell, C. D. (2018). Plastic waste associated with disease on coral reefs. Science, 359(6374), 460-462.
[8] Milenio (25/10/2020). En Oaxaca ya está prohibido usar unicel y plástico, ley entra en vigor.
[9] Alianza México sin Plástico (19/10/2021). Comunicado de prensa. Disponible en https://alianzamexicosinplastico.org/wp-content/uploads/2021/10/Comunicado-de-prensa-AMSP-oct-2021.pdf