La urbanización de México en las últimas décadas ha generado impactos ambientales y climáticos que perjudican el bienestar de su población y el desarrollo del país en general. La necesidad de crear ciudades sustentables que brinden calidad de vida a sus habitantes, y al mismo tiempo propicien un desarrollo amigable con el medio ambiente y el clima, es uno de los encargos que tenemos como GIZ en Mexico.
Una de las consecuencias del crecimiento urbano es que las ciudades generan la mayor parte de las emisiones contaminantes que aceleran el cambio climático. Pero las ciudades no solo generan estos problemas, sino que también los sufren. Los efectos del cambio climático, como islas de calor, precipitaciones extremas, inundaciones, altos índices de contaminación atmosférica, escasez de agua, entre otros, se notan en cada vez más en el país. Es entonces en las ciudades donde se definirá la lucha contra el cambio climático y la degradación ambiental.
La urbanización también afecta la calidad del aire y del medio ambiente dentro y alrededor de las ciudades. La mala calidad de aire en muchas urbes es un reto de bienestar y salud de suma importancia, especialmente como respuesta a los impactos de la pandemia del Covid-19.
Para afrontar estas consecuencias ambientales y climáticas, vamos a implementar en conjunto con nuestras contrapartes públicas, privadas y la sociedad medidas de adaptación y mitigación en las ciudades y zonas metropolitanas. Es importante crear en conjunto un desarrollo urbano sostenible que tome en cuenta los ecosistemas dentro y alrededor de las zonas urbanas, que reduzca desigualdades, mejore la calidad de aire, asegure una buena gestión del agua, de la movilidad y de los residuos. Queremos impulsar que las ciudades mexicanas se vuelvan inteligentes y núcleos de una economía circular, que aportan a bienestar de toda su población.